21 sept 2010

#4- La chica del paraguas azul

"¿Quién es esa, la chica del paraguas azul?"
¿Cuales son sus sueños?
¿Qué es lo que oculta?
Cuando la realidad se convierte en irrealidad y los sueños en pesadillas aparece ella... y todo lo que conociste deja de existir.

***


Cerró la puerta tras de sí, intentando hacer el mínimo ruido posible. Aún así lo oyeron. 
Vicky era de esas mujeres que llevaban siempre un pañuelo rojo al cuello y una boina del mismo color, de esas que hacían que sus ojos oscuros y perfilados con rimel se agrandasen con las gafas de pastas. Tenía el pelo rizado, negro y una figura perfecta digna de cualquier modelo. Pero sin embargo nunca destacaba. Fue ella la que se dio cuenta de que Max había entrado. En aquellos momentos mordisqueaba la punta de un lápiz HB, intentando resolver un ejercicio de matemáticas emborronado. 
- Buenos días. 
- Buenos días- dejó la chaqueta en el perchero, de esos antiguos que solamente salen en las películas del oeste- he comprado azúcar, pensé que la necesitarías. 
Vicky se llevó una mano a la boca y sus uñas rojas brillaron con los fluorescentes del techo.
- Cierto, cierto, cierto muy cierto. Gracias por acordarte, a mí ni se me había pasado por la cabeza- se la arrebató de las manos y se sentó de nuevo en el taburete que había junto a la cocina americana, concentrándose de nuevo en su ejercicio- ¿y qué?
- ¿Y qué que?
- ¿Has conocido a alguna chica guapa? Seguro que te has cruzado alguna por la calle y se te ha quedado mirando... si yo no fuera quien soy, lo haría- le guiñó un ojo de forma inocente.
Max sintió como se le hacía un nudo en el estómago. Sabía que su mejor amiga se lo había dicho como una broma, porque últimamente ella y Charls no dejaban de decirle que se buscara novia. Sin embargo la imagen de aquella chica en la sección de chocolates y su corta conversación hizo que se le revolviera el estómago. 
- No, no he conocido a ninguna. 
Pero tuvo que apoyarse sobre la encimera. 
Y Vicky se dio cuenta. 

¿Has entendido lo que se dice poco? Eso es porque, tal vez, tienes que empezar por el principio.
I,  II, III...

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